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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 22:11

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Deja que el malo siga haciendo el mal y que el vil siga envileciéndose; deja que el justo siga practicando la justicia y que el santo siga santificándose».

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22 Referencias Cruzadas  

Muchos serán purificados y perfeccionados, y quedarán limpios, pero los malvados seguirán en su maldad. Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo entenderán todo.

La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.

Pero, cuando yo te hable, te soltaré la lengua y les advertirás: “Así dice el Señor omnipotente”. El que quiera oír, que oiga; y el que no quiera, que no oiga, porque son un pueblo rebelde.

mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

Dejadlos; son guías ciegos. Y, si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en un hoyo.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

la gente recta se aferra a su camino y los de manos limpias aumentan su fuerza.

¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardaros para que no caigáis y presentaros sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia,

Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta.

El malvado cae por su propia maldad; el justo halla refugio en su integridad.

para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable.

Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas. ―¡Nunca más vuelvas a dar fruto! —le dijo. Y al instante se secó la higuera.

Por eso los abandoné a su obstinada voluntad, para que actuaran como mejor les pareciera.

De nuevo Jesús les dijo: ―Yo me voy, y vosotros me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.

Del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, de casi cuarenta kilos cada uno. Y maldecían a Dios por esa terrible plaga.

Cuando las nubes están cargadas, derraman su lluvia sobre la tierra. Si el árbol cae hacia el sur, o cae hacia el norte, donde cae allí se queda.

Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos le adorarán;

Pero ahora Dios, a fin de presentaros santos, intachables e irreprochables delante de él, os ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte,

para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.




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