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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 16:11

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

y, por causa de sus padecimientos y de sus llagas, maldecían al Dios del cielo, pero no se arrepintieron de sus malas obras.

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20 Referencias Cruzadas  

Todos sufrieron terribles quemaduras, pero ni así se arrepintieron; en vez de darle gloria a Dios, que tiene poder sobre esas plagas, maldijeron su nombre.

Del cielo cayeron sobre la gente enormes granizos, de casi cuarenta kilos cada uno. Y maldecían a Dios por esa terrible plaga.

El primer ángel fue y derramó su copa sobre la tierra, y a toda la gente que tenía la marca de la bestia y que adoraba su imagen le salió una llaga maligna y repugnante.

En ese mismo instante se produjo un violento terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad. Perecieron siete mil personas, pero los sobrevivientes, llenos de temor, dieron gloria al Dios del cielo.

Le he dado tiempo para que se arrepienta de su inmoralidad, pero no quiere hacerlo.

mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

¡Dad gracias al Dios de los cielos! ¡Su gran amor perdura para siempre!

Todo lo que ha ordenado el Dios del cielo para su templo, sea hecho de inmediato, de modo que no se descargue su ira contra el dominio del rey y su familia.

Así podrán ellos ofrecer sacrificios gratos al Dios del cielo y rogar por la vida del rey y de sus hijos.

«Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá.

»En los días de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos.

―¿Qué quieres que haga? —replicó el rey. Encomendándome al Dios del cielo,

Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.

Ahora bien, yo, el rey Artajerjes, les ordeno a todos los tesoreros que están al oeste del río Éufrates que entreguen de inmediato todo cuanto solicite Esdras, sacerdote y maestro versado en la ley del Dios del cielo.

Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y maestro versado en la ley del Dios del cielo: Saludos.

«Esto es lo que decreta Ciro, rey de Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado también que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, en Judá. Por tanto, cualquiera que pertenezca a ese pueblo, que se vaya, y que el Señor su Dios lo acompañe».

―Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme —les respondió.

Y, a pesar de encontrarse tan presionado, el rey Acaz se empecinó en su rebelión contra el Señor.




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