Porque, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: «Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado»; y en otro pasaje: «Yo seré su padre, y él será mi hijo»?
Porque yo estoy contigo para salvarte —afirma el Señor—. Destruiré por completo a todas las naciones entre las que te había dispersado. Pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; ¡de ninguna manera quedarás impune!”
»Pero, si vosotros o vuestros hijos dejáis de cumplir los mandamientos y decretos que os he dado, y os apartáis de mí para servir y adorar a otros dioses,
»”Sin embargo, no le quitaré todo el reino a Salomón, sino que lo dejaré gobernar todos los días de su vida, por consideración a David mi siervo, a quien escogí y quien cumplió mis mandamientos y decretos.
Él será quien me construya un templo. Él será para mí como un hijo, y yo seré para él como un padre. Yo afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel”.