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Referencias Cruzadas

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2 Samuel 23:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

pero Eleazar se mantuvo firme y derrotó a tantos filisteos que, por la fatiga, la mano se le quedó pegada a la espada. Aquel día el Señor les dio una gran victoria. Las tropas regresaron adonde estaba Eleazar, pero solo para tomar los despojos.

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20 Referencias Cruzadas  

Para matar al filisteo arriesgó su propia vida, y el Señor le dio una gran victoria a todo Israel. Tú mismo lo viste y te alegraste. ¿Por qué has de pecar contra un inocente y matar a David sin motivo?

―¡Nadie va a morir hoy! —intervino Saúl—. En este día el Señor ha librado a Israel.

No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores vuestros por causa de Jesús.

No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios. Lo ha hecho con palabras y obras,

Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores.

Tú das la victoria a los reyes; a tu siervo David lo libras de la cruenta espada.

Con Dios obtendremos la victoria; ¡él pisoteará a nuestros enemigos!

«Van huyendo los reyes y sus tropas; en las casas, las mujeres se reparten el botín:

Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un hombre de mucho prestigio y gozaba del favor de su rey porque, por medio de él, el Señor le había dado victorias a su país. Era un soldado valiente, pero estaba enfermo de lepra.

Así libró el Señor a Israel aquel día, y la batalla se extendió más allá de Bet Avén.

Así que Jonatán le dijo a su escudero: ―Vamos a cruzar hacia la guarnición de esos paganos. Espero que el Señor nos ayude, pues para él no es difícil salvarnos, ya sea con muchos o con pocos.

Como tenía mucha sed, clamó al Señor: «Tú le has dado a tu siervo esta gran victoria. ¿Acaso voy ahora a morir de sed, y a caer en manos de los incircuncisos?»

Cuando se acercaba a Lejí, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de victoria. En ese momento el Espíritu del Señor vino sobre él con poder, y las sogas que ataban sus brazos se volvieron como fibra de lino quemada, y las ataduras de sus manos se deshicieron.

El Señor los entregó en manos de los israelitas, quienes los atacaron y persiguieron hasta la gran ciudad de Sidón, y hasta Misrefot Mayin y el valle de Mizpa al este, y no quedaron sobrevivientes.

A todos esos reyes y sus territorios Josué los conquistó en una sola expedición, porque el Señor, Dios de Israel, combatía por su pueblo.

A su vez, el Señor llenó de pánico a los amorreos ante la presencia del ejército israelita, y este les infligió una tremenda derrota en Gabaón. A los que huyeron los persiguieron por el camino de Bet Jorón, y acabaron con ellos por toda la vía que va a Azeca y Maquedá.

pero Sama se plantó en medio del campo y lo defendió, derrotando a los filisteos. El Señor les dio una gran victoria.

Estuvo con David en Pasdamín, donde los filisteos se habían reunido para la batalla. Allí había un campo sembrado de cebada y, cuando el ejército huía ante los filisteos,

Cuando los israelitas dejaron de perseguir a los filisteos, regresaron para saquearles el campamento.




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