¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi roca! ¡Exaltado sea Dios mi Salvador!
Él me dirá: “Tú eres mi Padre, mi Dios, la roca de mi salvación”.
es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia!
Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfará sobre la muerte.
y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.
Yo le daré los derechos de primogenitura, la primacía sobre los reyes de la tierra.