Cuando las tropas se enteraron de que el rey estaba afligido por causa de su hijo, la victoria de aquel día se convirtió en duelo para todo el ejército.
Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto.
El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera.
Avisaron a Joab que el rey estaba llorando amargamente por Absalón.
Por eso las tropas entraron en la ciudad furtivamente, como lo hace un ejército abochornado por haber huido del combate.
Joab hijo de Sarvia se dio cuenta de que el rey echaba mucho de menos a Absalón.