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Referencias Cruzadas

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2 Samuel 16:8

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

El Señor te está dando tu merecido por haber masacrado a la familia de Saúl para reinar en su lugar. Por eso el Señor le ha entregado el reino a tu hijo Absalón. Has caído en desgracia, porque eres un asesino.

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18 Referencias Cruzadas  

David, por su parte, dijo: ―¡Que tu sangre caiga sobre tu cabeza! Tu boca misma te condena al admitir que mataste al ungido del Señor.

Esto sucedió a fin de que la violencia contra los setenta hijos de Yerubaal, y el derramamiento de su sangre, recayera sobre su hermano Abimélec, que los había matado, y sobre los señores de Siquén, que habían sido sus cómplices en ese crimen.

ellos derramaron la sangre de santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre, como se merecen».

Y vosotros, señores, ¿hasta cuándo cambiaréis mi gloria en vergüenza? ¿Hasta cuándo amaréis ídolos vanos e iréis en pos de lo ilusorio? Selah

y muchos los que de mí aseguran: «Dios no lo salvará». Selah

David se los entregó a los gabaonitas, y ellos los colgaron en un monte, en presencia del Señor. Los siete murieron juntos, ajusticiados en los primeros días de la siega, cuando se comenzaba a recoger la cebada.

Pero Abisay hijo de Sarvia exclamó: ―¡Simí maldijo al ungido del Señor, y merece la muerte!

Durante el reinado de David hubo tres años consecutivos de hambre. David le pidió ayuda al Señor, y él le contestó: «Esto sucede porque Saúl y su sanguinaria familia asesinaron a los gabaonitas».

las amenazas del enemigo y la opresión de los impíos, pues me causan sufrimiento y en su enojo me insultan.

y le dijo: ―Ruego a mi señor el rey que no tome en cuenta mi delito ni recuerde el mal que hizo este tu siervo el día en que mi señor salió de Jerusalén. Le ruego a mi señor que olvide eso.

»También encárgate de Simí hijo de Guerá, ese benjaminita de Bajurín que me lanzó terribles maldiciones cuando me dirigía a Majanayin. Es cierto que, cuando fue al Jordán a recibirme, le juré por el Señor que no lo condenaría a muerte.

Si he hecho daño a mi amigo, si he despojado sin razón al que me oprime,

Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a su destino.




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