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Referencias Cruzadas

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2 Pedro 3:4

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

«¿Qué hubo de esa promesa de su venida? Nuestros padres murieron, y nada ha cambiado desde el principio de la creación».

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20 Referencias Cruzadas  

No falta quien me pregunte: «¿Dónde está la palabra del Señor? ¡Que se haga realidad!»

Vosotros habéis cansado al Señor con vuestras palabras. Y encima preguntáis: «¿En qué lo hemos cansado?» En que decís: «Todo el que hace lo malo agrada al Señor, y él se complace con ellos»; y murmuráis: «¿Dónde está el Dios de justicia?»

Pero ¡qué tal si ese siervo se pone a pensar: “Mi señor tarda en volver”, y luego comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y emborracharse!

Cuando no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se llena de razones para hacer lo malo.

Pero ¿qué tal si ese siervo malo se pone a pensar: “Mi señor está tardando”,

En resumidas cuentas, ¿cuál es nuestra esperanza, alegría o motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús para cuando él venga? ¿Quién más sino vosotros?

Lot salió para hablar con sus futuros yernos, es decir, con los prometidos de sus hijas. ―¡Apresuraos! —les dijo—. ¡Abandonad la ciudad, porque el Señor está a punto de destruirla! Pero ellos creían que Lot estaba bromeando,

porque serán días de tribulación como no la ha habido desde el principio, cuando Dios creó el mundo, ni la habrá jamás.

Lo que ya ha acontecido volverá a acontecer; lo que ya se ha hecho se volverá a hacer ¡y no hay nada nuevo bajo el sol!

»Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano de la creación de Dios:

Dicen: “Todavía no es el momento de reconstruir las casas. La ciudad es la olla y nosotros somos la carne”.

Pero al principio de la creación Dios “los hizo hombre y mujer”.

Donde esté el cadáver, allí se reunirán los buitres.

Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho.

Os aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino.

Luego cayó de rodillas y gritó: ―¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.

y esperando ansiosamente la venida del día de Dios? Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán con el calor de las llamas.




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