En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.
Os escribo a todos vosotros, los amados de Dios que estáis en Roma, que habéis sido llamados a ser santos. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz.
«Así dice el Señor Todopoderoso: »“Para Judá, los ayunos de los meses cuarto, quinto, séptimo y décimo serán motivo de gozo y de alegría, y de animadas festividades. Amad, pues, la verdad y la paz”.