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Referencias Cruzadas

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2 Corintios 8:1

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Ahora, hermanos, queremos que os enteréis de la gracia que Dios les ha dado a las iglesias de Macedonia.

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15 Referencias Cruzadas  

Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

En efecto, vosotros amáis a todos los hermanos que viven en Macedonia. No obstante, hermanos, os animamos a amaros aún más,

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.

Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».

Aunque soy el más insignificante de todos los santos, recibí esta gracia de predicar a las naciones las incalculables riquezas de Cristo,

porque conozco la buena disposición que tenéis. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios, diciéndoles que desde el año pasado vosotros, los de Acaya, estabais preparados para dar. Vuestro entusiasmo ha servido de estímulo a la mayoría de ellos.

ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de Jerusalén.

Cuando él llegó y vio las evidencias de la gracia de Dios, se alegró y animó a todos a hacerse el firme propósito de permanecer fieles al Señor,

Cuando estuve entre vosotros y necesité algo, no fui una carga para nadie, ya que los hermanos que llegaron de Macedonia suplieron mis necesidades. He evitado seros una carga en cualquier sentido, y seguiré evitándolo.

Esta ayuda que es un servicio sagrado no solo suple las necesidades de los santos, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios.

no sea que algunos macedonios vayan conmigo y os encuentren desprevenidos. En ese caso nosotros —por no decir nada de vosotros— nos avergonzaríamos por haber estado tan seguros.

»Después de una ausencia de varios años, volví a Jerusalén para traer donativos a mi pueblo y presentar ofrendas.

Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, me diste dos mil monedas. Mira, he ganado otras dos mil”.




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