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Referencias Cruzadas

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2 Corintios 6:4

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Más bien, en todo y con mucha paciencia nos acreditamos como servidores de Dios: en sufrimientos, privaciones y angustias;

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48 Referencias Cruzadas  

Por eso me regocijo en las debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;

He pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez.

Las marcas distintivas de un apóstol, tales como señales, prodigios y milagros, se dieron constantemente entre vosotros.

Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

Después de todo, ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores por medio de los cuales vosotros llegasteis a creer, según lo que el Señor le asignó a cada uno.

Lloren, sacerdotes, ministros del Señor, entre el pórtico y el altar; y digan: «Compadécete, Señor, de tu pueblo. No entregues tu propiedad al oprobio, para que las naciones no se burlen de ella. ¿Por qué habrán de decir entre los pueblos: “Dónde está su Dios?”»

Ya que has guardado mi mandato de ser constante, yo por mi parte te guardaré de la hora de tentación, que vendrá sobre el mundo entero para poner a prueba a los que viven en la tierra.

Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.

Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios.

Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.

Tú, por el contrario, sé prudente en todas las circunstancias, soporta los sufrimientos, dedícate a la evangelización; cumple con los deberes de tu ministerio.

Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse.

Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa estoy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio.

Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.

Si enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen servidor de Cristo Jesús, nutrido con las verdades de la fe y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido.

Pero la mujer se salvará siendo madre y permaneciendo con sensatez en la fe, el amor y la santidad.

Hermanos, también os rogamos que amonestéis a los holgazanes, estimuléis a los desanimados, ayudéis a los débiles y seáis pacientes con todos.

Por eso, hermanos, en medio de todas nuestras angustias y sufrimientos vosotros nos habéis dado ánimo por vuestra fe.

Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por vosotros, y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la iglesia.

y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseveraréis con paciencia en toda situación,

¿Son servidores de Cristo? ¡Qué locura! Yo lo soy más que ellos. He trabajado más arduamente, he sido encarcelado más veces, he recibido los azotes más severos, he estado en peligro de muerte repetidas veces.

Cuando estuve entre vosotros y necesité algo, no fui una carga para nadie, ya que los hermanos que llegaron de Macedonia suplieron mis necesidades. He evitado seros una carga en cualquier sentido, y seguiré evitándolo.

Fijaos lo que ha producido en vosotros esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo habéis demostrado vuestra inocencia en este asunto.

Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.

Más bien, hemos renunciado a todo lo vergonzoso que se hace a escondidas; no actuamos con engaño ni torcemos la palabra de Dios. Al contrario, mediante la clara exposición de la verdad, nos recomendamos a toda conciencia humana en la presencia de Dios.

Si hemos sembrado semilla espiritual entre vosotros, ¿será mucho pedir que cosechemos de vosotros lo material?

Saludad a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo. Saludad a los de la familia de Aristóbulo.

El que de esta manera sirve a Cristo agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes.

Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

Vosotros mismos sabéis bien que estas manos se han ocupado de mis propias necesidades y de las de mis compañeros.

Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre.

»Pueblo de Israel, escuchad esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre vosotros por medio de él, como bien sabéis.

Si os mantenéis firmes, os salvaréis.

Las ofrendas de cereales y las libaciones no se ofrecen ya en la casa del Señor. Hacen duelo los sacerdotes, los ministros del Señor.

Pero a vosotros os llamarán «sacerdotes del Señor»; os dirán «ministros de nuestro Dios». Os alimentaréis de las riquezas de las naciones, y os jactaréis de los tesoros de ellas.

A diferencia de muchos, nosotros no somos de los que trafican con la palabra de Dios. Más bien, hablamos con sinceridad delante de él en Cristo, como enviados de Dios que somos.

Yo os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendréis aflicciones, pero ¡tened ánimo! Yo he vencido al mundo.

Pero, si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo en términos humanos).




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