En fin, hermanos, alegraos, buscad vuestra restauración, haced caso de mi exhortación, sed de un mismo sentir, vivid en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con vosotros.
¡Por causa de Cristo, nosotros somos los ignorantes; vosotros, en Cristo, sois los inteligentes! ¡Los débiles somos nosotros; los fuertes sois vosotros! ¡A vosotros se os estima; a nosotros se nos desprecia!
Y, después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que os llamó a su gloria eterna en Cristo, os restaurará y os hará fuertes, firmes y estables.
Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
a la iglesia de los primogénitos inscritos en el cielo. Os habéis acercado a Dios, el juez de todos; a los espíritus de los justos que han llegado a la perfección;
Por eso, dejando a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez. No volvamos a poner los fundamentos, tales como el arrepentimiento de las obras que conducen a la muerte, la fe en Dios,
Os manda saludos Epafras, que es uno de vosotros. Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por vosotros, para que, plenamente convencidos, os mantengáis firmes, cumpliendo en todo la voluntad de Dios.
Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.
Os suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos viváis en armonía y que no haya divisiones entre vosotros, sino que os mantengáis unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.
Es cierto que fue crucificado en debilidad, pero ahora vive por el poder de Dios. De igual manera, nosotros participamos de su debilidad, pero por el poder de Dios viviremos con Cristo para vosotros.