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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 3:18

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Samuel se lo refirió todo, sin ocultarle nada, y Elí dijo: ―Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca.

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18 Referencias Cruzadas  

―El mensaje del Señor que tú me has traído es bueno —respondió Ezequías. Y es que pensaba: «Al menos, mientras yo viva habrá paz y seguridad».

Job le respondió: ―Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra.

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo.

Pero los israelitas le contestaron al Señor: ―Hemos pecado. Haz con nosotros lo que mejor te parezca, pero te rogamos que nos salves en este día.

¿Por qué habría de quejarse en vida quien es castigado por sus pecados?

»He guardado silencio; no he abierto la boca, pues tú eres quien actúa.

Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!»

¡Lejos de ti el hacer tal cosa! ¿Matar al justo junto con el malvado, y que ambos sean tratados de la misma manera? ¡Jamás hagas tal cosa! Tú, que eres el Juez de toda la tierra, ¿no harás justicia?

El Señor descendió en la nube y se puso junto a Moisés. Luego le dio a conocer su nombre:

Moisés le dijo a Aarón: «De esto hablaba el Señor cuando dijo: »“Entre los que se acercan a mí manifestaré mi santidad, y ante todo el pueblo manifestaré mi gloria”». Y Aarón guardó silencio.

¡Ánimo! ¡Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios! Y que el Señor haga lo que bien le parezca».

Pero, si el Señor me hace saber que no le agrado, quedo a su merced y puede hacer conmigo lo que mejor le parezca.

―El mensaje del Señor que tú me has traído es bueno —respondió Ezequías. Y es que pensaba: «Al menos, mientras yo viva, sin duda que habrá paz y seguridad».

El profeta Jeremías dijo todo esto a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén.

El rey Sedequías mandó que llevaran a Jeremías a la tercera entrada de la casa del Señor, y allí le dijo: ―Te voy a preguntar algo, y por favor no me ocultes nada.

Jeremías les respondió: ―Ya os he oído. Voy a rogar al Señor, a vuestro Dios, tal como me habéis pedido. Os comunicaré todo lo que el Señor me diga, y no os ocultaré absolutamente nada.

¡Ánimo! Luchemos con valor por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios. ¡Y que el Señor haga lo que bien le parezca!»




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