El Señor ha cumplido lo que había anunciado por medio de mí: él te ha arrebatado de las manos el reino, y se lo ha dado a tu compañero David.
Toda obra del Señor tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre!
Ahora caigo en cuenta que tú serás el rey, y que consolidarás el reino de Israel.
Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia de sus hermanos. Entonces el Espíritu del Señor vino con poder sobre David, y desde ese día estuvo con él. Luego Samuel regresó a Ramá.
Samuel le replicó: ―Pero, si el Señor se ha alejado de ti y se ha vuelto tu enemigo, ¿por qué me consultas a mí?
Voy a quitarle el reino a la familia de Saúl y a establecer el trono de David sobre Israel y Judá, desde Dan hasta Berseba.