David entonces les preguntó a Ajimélec el hitita y a Abisay hijo de Sarvia, hermano de Joab: ―¿Quién quiere venir conmigo al campamento de Saúl? ―Yo voy contigo —respondió Abisay.
Abisay, el hermano de Joab hijo de Sarvia, estaba al mando de los tres y ganó fama entre ellos. En cierta ocasión, lanza en mano atacó y mató a trescientos hombres.
Además, el rey dio esta orden a Joab, Abisay e Itay: ―No me tratéis con dureza al joven Absalón. Y todas las tropas oyeron las instrucciones que el rey le dio a cada uno de sus generales acerca de Absalón.
¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!
Entonces los arqueros dispararon desde la muralla a los soldados de mi señor el rey, de modo que murieron varios de los nuestros. También ha muerto tu siervo Urías el hitita.
¿Quién mató a Abimélec hijo de Yerubéset? ¿No fue acaso una mujer la que le arrojó una piedra de molino desde la muralla de Tebes y lo mató? ¿Por qué os acercasteis tanto a la muralla?” Pues, si te hace estas preguntas, respóndele: “También ha muerto tu siervo Urías el hitita”».
Y añadió: «Ahora sabréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que de seguro expulsará a los cananeos, los hititas, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos.
David y Abisay llegaron esa noche y vieron a Saúl dormido en medio del campamento, con su lanza hincada en tierra a su cabecera. Abner y el ejército estaban acostados a su alrededor.
En Egipto compraban carros por seiscientas monedas de plata, y caballos por ciento cincuenta, para luego vendérselos a todos los reyes hititas y sirios.
Y era que el Señor había confundido a los sirios haciéndoles oír el ruido de carros de combate y de caballería, como si fuera un gran ejército. Entonces se dijeron unos a otros: «¡Seguro que el rey de Israel ha contratado a los reyes hititas y egipcios para atacarnos!»
Joab hijo de Sarvia, por su parte, salió al frente de las tropas de David. Los dos ejércitos se encontraron en el estanque de Gabaón y tomaron posiciones en lados opuestos.