Cuando David llegó a Nob, fue a ver al sacerdote Ajimélec, quien, al encontrarse con David, se puso nervioso. ―¿Por qué vienes solo? —le preguntó—. ¿Cómo es que nadie te acompaña?
Entró en la casa de Dios cuando Abiatar era el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados a Dios, que solo a los sacerdotes les es permitido comer. Y dio también a sus compañeros.
Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Pero, cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo lo recibieron con mucho temor. ―¿Vienes en son de paz? —le preguntaron.
El efod lo llevaba Ahías hijo de Ajitob, que era hermano de Icabod, el hijo de Finés y nieto de Elí, sacerdote del Señor en Siló. Nadie sabía que Jonatán había salido,