Yo fingiré estar tirando al blanco y lanzaré tres flechas en esa dirección.
Pasado mañana, sin falta, ve adonde te escondiste la otra vez, y quédate junto a la piedra de Ézel.
Entonces le diré a uno de mis criados que vaya a buscarlas. Si le digo: “Mira, las flechas están más acá, recógelas”; eso querrá decir que no hay peligro y podrás salir sin ninguna preocupación. ¡Tan cierto como que el Señor vive!
Jonatán le dijo: «Corre a buscar las flechas que voy a lanzar». El criado echó a correr, y Jonatán lanzó una flecha que lo sobrepasó.