Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




1 Samuel 15:3

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

Así que ve y ataca a los amalecitas ahora mismo. Destruye por completo todo lo que les pertenezca; no les tengas compasión. Mátalos a todos, hombres y mujeres, niños y recién nacidos, toros y ovejas, camellos y asnos”».

Ver Capítulo Copiar

20 Referencias Cruzadas  

Balán miró a Amalec y pronunció este oráculo: «Amalec fue el primero entre las naciones, pero su fin será la destrucción total».

Luego fue a Nob, el pueblo de los sacerdotes, y mató a filo de espada a hombres y mujeres, a niños y recién nacidos, y hasta los bueyes, asnos y ovejas.

Matad a todos los niños, y también a todas las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales,

No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.

Elifaz tuvo un hijo con una concubina suya, llamada Timná, al que llamó Amalec. Todos estos fueron nietos de Ada, esposa de Esaú.

Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Pon esto por escrito en un rollo de cuero, para que se recuerde, y que lo oiga bien Josué: Yo borraré por completo, bajo el cielo, todo rastro de los amalecitas».

haciendo gala de valor. También derrotó a los amalecitas y libró a Israel de quienes lo saqueaban.

Además de perdonarle la vida al rey Agag, Saúl y su ejército preservaron las mejores ovejas y vacas, los terneros más gordos y, en fin, todo lo que era de valor. Nada de esto quisieron destruir; solo destruyeron lo que era inútil y lo que no servía.

y te envió a cumplir una misión? Él te dijo: “Ve y destruye a esos pecadores, los amalecitas. Atácalos hasta acabar con ellos”.

Cada vez que David atacaba la región, no dejaba a nadie con vida, ni hombre ni mujer. Antes de regresar adonde estaba Aquis se apoderaba de las ovejas, vacas, asnos y camellos, y hasta de la ropa que vestían.

David los atacó al amanecer y los combatió hasta la tarde del día siguiente. Los únicos que lograron escapar fueron cuatrocientos muchachos que huyeron en sus camellos.

Me preguntó quién era yo, y le respondí que era amalecita.

Se apoderaron de la ciudad, de su rey y de todas sus aldeas, y mataron a filo de espada a todos sus habitantes. Nadie quedó con vida; todo fue arrasado. A Debir le sucedió lo mismo que les había sucedido a Libná, a Hebrón y a sus respectivos reyes.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios