Y ahora, prestadme atención. El Señor os ha colmado de beneficios a vosotros y a vuestros antepasados, pero yo tengo una querella contra vosotros ante el Señor.
Mientras se dirigían a las afueras de la ciudad, Samuel le dijo a Saúl: ―Dile al criado que se adelante, pero tú quédate un momento, que te voy a dar un mensaje de parte de Dios. El criado se adelantó.
―Son las que nuestras tropas trajeron del país de Amalec —respondió Saúl—. Dejaron con vida a las mejores ovejas y vacas para ofrecerlas al Señor tu Dios, pero todo lo demás lo destruimos.
Entonces Samuel le dijo: ―¿No es cierto que, aunque te creías poca cosa, has llegado a ser jefe de las tribus de Israel? ¿No fue el Señor quien te ungió como rey de Israel,
Así que cuando Ahías oyó el sonido de sus pasos, se dirigió a la puerta y dijo: «Esposa de Jeroboán, ¿por qué te haces pasar por otra? Entra, que tengo malas noticias para ti.