Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por vosotros. Pedimos que Dios os haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual,
Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados.
óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino, y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.
Así dice el Señor: «Deteneos en los caminos y mirad; preguntad por los senderos antiguos. Preguntad por el buen camino, y no os apartéis de él. Así hallaréis el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “No lo seguiremos”.
óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino, y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.
Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio!
Al día siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Habéis cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor, y tal vez logre yo que Dios os perdone vuestro pecado».
y le dijeron a Samuel: ―Ora al Señor tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey.
Si de veras son profetas y tienen palabra del Señor, que le supliquen al Señor Todopoderoso que no sean llevados a Babilonia los utensilios que aún quedan en la casa del Señor, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén.
Jeremías les respondió: ―Ya os he oído. Voy a rogar al Señor, a vuestro Dios, tal como me habéis pedido. Os comunicaré todo lo que el Señor me diga, y no os ocultaré absolutamente nada.