Dijo entonces Samuel a todo el pueblo: ―¡Mirad al hombre que el Señor ha escogido! ¡No hay nadie como él en todo el pueblo! ―¡Viva el rey! —exclamaron todos.
Todos se fueron a Guilgal, y allí, ante el Señor, confirmaron a Saúl como rey. También allí, ante el Señor, ofrecieron sacrificios de comunión, y Saúl y todos los israelitas celebraron la ocasión con gran alegría.
En cuanto a las burras que se te perdieron hace tres días, no te preocupes, que ya las encontraron. Y agregó: ―Lo que Israel más desea, ¿no tiene que ver contigo y con toda la familia de tu padre?
Ahora no es tiempo de lluvias, sino de cosecha. Sin embargo, voy a invocar al Señor, y él enviará truenos y lluvia; así os daréis cuenta de la gran maldad que habéis cometido ante el Señor al pedir un rey».
y le dijeron a Samuel: ―Ora al Señor tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey.