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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 1:10

Biblia Nueva Versión Internacional 2017

con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente.

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22 Referencias Cruzadas  

»Por lo que a mí respecta, no guardaré silencio; la angustia de mi alma me lleva a hablar, la amargura en que vivo me obliga a protestar.

Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.

»¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma.

Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.

En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión.

El Señor te llamará como a esposa abandonada; como a mujer angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan solo para ser rechazada —dice tu Dios—.

El pueblo fue a Betel, y allí permanecieron hasta el anochecer, clamando y llorando amargamente en presencia de Dios.

Me ha llenado de amargura, me ha hecho beber hiel.

No lloréis por el que está muerto, ni hagáis lamentaciones por él. Llorad más bien por el exiliado, por el que nunca volverá ni verá más la tierra en que nació.

»Pero ¿qué puedo decir? Él mismo me lo anunció, y así lo ha hecho. La amargura de mi alma me ha quitado el sueño.

Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».

No me dejaría recobrar el aliento; más bien, me saturaría de amargura.

«Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada». Y Ezequías lloró amargamente.

―Ya no me llaméis Noemí —repuso ella—. Llamadme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.

Pero, si no obedecéis, lloraré en secreto a causa de vuestro orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se desharán en lágrimas, porque el rebaño del Señor será llevado al cautiverio.

Apenas había terminado de hablar cuando entraron los hijos del rey, todos ellos llorando a voz en grito, y también el rey y sus oficiales se pusieron a llorar desconsoladamente.

Al llegar a la era de Hatad, que está cerca del río Jordán, hicieron grandes y solemnes lamentaciones. Allí José guardó luto por su padre durante siete días.

Tú conoces bien a tu padre David y a sus soldados: son valientes, y deben de estar furiosos como una osa salvaje a la que le han robado su cría. Además, tu padre tiene mucha experiencia como hombre de guerra y no ha de pasar la noche con las tropas.

Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor,

Entonces hizo este voto: «Señor Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello».

Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría.

Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob: ―¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!




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