Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios.
En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él:
Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros.
¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.
Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.