Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman».
Fuera de ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como tú, actúe en favor de quienes en él confían.
Escuchad, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres según el mundo para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes le aman?
»Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Venid vosotros, a quienes mi Padre ha bendecido; recibid vuestra herencia, el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.
A ellos se les reveló que no se estaban sirviendo a sí mismos, sino que os servían a vosotros. Hablaban de las cosas que ahora os han anunciado los que os predicaron el evangelio por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos ángeles anhelan contemplar esas cosas.
―Ciertamente beberéis de mi copa —les dijo Jesús—, pero el sentaros a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde concederlo. Eso ya lo ha decidido mi Padre.