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Referencias Cruzadas

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Tito 2:14

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Él quiso morir para rescatarnos de todo lo malo y para purificarnos de nuestros pecados. Al hacerlo, nos convirtió en su pueblo, en un pueblo decidido a hacer el bien.

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54 Referencias Cruzadas  

Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados'.

Yo, el Hijo del hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo pagaré con mi vida'. Jesús sana a dos ciegos

El que viene después de mí separará a los buenos de los malos. A los buenos los pondrá a salvo, pero a los malos los echará en un fuego que nunca se apaga'. Juan bautiza a Jesús

Simón Pedro nos ha contado cómo Dios, desde un principio, trató bien a los que no son judíos, y los eligió para que también formaran parte de su pueblo.

Dios no ha hecho ninguna diferencia entre ellos y nosotros, pues también a ellos les perdonó sus pecados cuando creyeron en Jesús.

'Ustedes deben cuidarse a sí mismos, y cuidar a los miembros de la iglesia. Recuerden que el Espíritu Santo los puso como líderes de la iglesia de Dios, para que cuiden a todos los que Dios salvó por medio de la sangre de su propio Hijo.

En el puerto de Jope vivía una seguidora de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa 'Gacela'. Tabitá siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres.

Jesucristo siempre obedeció a nuestro Padre Dios, y se dispuso a morir para que Dios perdonara nuestros pecados y nos librara de este mundo malvado.

En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.

Pero Cristo prefirió recibir por nosotros la maldición que cae sobre el que no obedece la ley. De ese modo nos salvó. Porque la Biblia dice: 'Dios maldecirá a cualquiera que muera en una cruz'.

Por medio de Cristo, Dios nos había elegido desde un principio para que fuéramos suyos y recibiéramos todo lo que él había prometido. Así lo había decidido Dios, quien siempre lleva a cabo sus planes.

Nosotros somos creación de Dios. Por nuestra unión con Jesucristo, nos creó para que vivamos haciendo el bien, lo cual Dios ya había planeado desde antes. Cristo nos une a todos

Deben amar a los demás, así como Cristo nos amó y murió por nosotros. Su muerte es para Dios como el delicado aroma de una ofrenda.

Esto es verdad, y todos deben creerlo: Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores del castigo que merecen, ¡y yo soy el peor pecador de todos! Pero Dios fue bueno y me salvó. Así demostró la gran paciencia que Jesucristo tuvo conmigo. Lo hizo para que otros sigan mi ejemplo y confíen en Cristo para tener vida eterna.

Al contrario, la gente debe admirarlas por las buenas cosas que hagan, como se espera de las mujeres que aman y respetan a Dios.

Jesús dio su propia vida para salvar a todo el mundo. En el momento oportuno, Dios nos demostró que quiere salvar a todos.

Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas acciones. Recuérdales que deben dar y compartir lo que tienen.

Tú mismo tienes que ser un buen ejemplo en todo. Enséñales a hacer el bien y, cuando lo hagas, hazlo con seriedad y honestidad.

Esto es verdad, y quiero que insistas en enseñarlo, para que los que confían en Dios se dediquen a hacer lo que es bueno. Estas cosas ayudan a todos y son buenas.

El Hijo nos muestra el poder y la grandeza de Dios, porque es igual a Dios en todo, y con su gran poder hace que el universo siga existiendo. Él logró que Dios nos perdonara nuestros pecados, y después subió al cielo y se sentó a la derecha del trono de Dios. El Hijo de Dios es superior a los ángeles

Tratemos de ayudarnos unos a otros, y de amarnos y hacer lo bueno.

Y si todo eso tiene poder, más poder tiene la sangre de Cristo. Pues por medio del Espíritu que vive para siempre, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha ni pecado. Su sangre nos purifica para que estemos seguros de que hemos sido perdonados, y para que podamos servir a Dios, que vive para siempre. El nuevo pacto

Háganse amigos de Dios, y él se hará amigo de ustedes.¡*Pecadores, dejen de hacer el mal! Los que quieren amar a Dios, pero también quieren pecar, deben tomar una decisión: o Dios, o el mundo de pecado.

Porque Dios los libró del inútil modo de vida que ustedes aprendieron de sus antepasados. Y bien saben ustedes que, para liberarlos, no pagó él con cosas que pueden destruirse, como el oro y la plata;

Ahora ustedes obedecen el verdadero mensaje de Dios, y por eso Dios los ha limpiado de todo pecado: para que se amen unos a otros sinceramente, como hermanos. Así que, ámense mucho unos a otros, con todo su corazón y con todas sus fuerzas.

Pórtense bien cuando estén con gente que no cree en Dios. Así, aunque ahora hablen mal de ustedes, como si fueran unos malvados, esa gente verá el bien que ustedes hacen y alabarán a Dios el día en que él les pida cuentas a todos. El respeto a las autoridades

Pero ustedes son miembros de la familia de Dios; son sacerdotes al servicio del Rey; son su pueblo. Fue Dios quien los sacó de la oscuridad del pecado y los hizo entrar en su luz maravillosa. Por eso, anuncien las maravillas que Dios ha hecho.

Porque Cristo murió una vez y para siempre para perdonarnos nuestros pecados. Él era bueno e inocente, y sufrió por los pecadores, para que ustedes pudieran ser amigos de Dios. Los que mataron a Cristo destruyeron su cuerpo, pero él resucitó para vivir como espíritu.

Pero si vivimos en la luz, así como Dios vive en la luz, nos mantendremos unidos como hermanos y Dios perdonará nuestros pecados por medio de la sangre de su Hijo Jesús.

Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos confiar siempre en que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.

Queridos hermanos, ¡nosotros ya somos hijos de Dios! Y aunque todavía no sabemos cómo seremos en el futuro, sí sabemos que cuando Jesucristo aparezca otra vez nos pareceremos a él, porque lo veremos como él es en realidad.

Y todos ellos cantaban esta nueva canción: 'Sólo tú mereces tomar el libro y romper sus sellos. Porque fuiste sacrificado, y con tu sangre rescataste para Dios, a gente de toda raza, idioma, pueblo y nación.




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