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Referencias Cruzadas

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Mateo 9:22

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Jesús se dio vuelta, vio a la mujer y le dijo: 'Ya no te preocupes, tu confianza en Dios te ha sanado'. Y desde ese momento la mujer quedó sana.

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15 Referencias Cruzadas  

Entonces Jesús le dijo: --¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará. Y en ese mismo instante su hija quedó sana. Jesús sana a muchos enfermos

Jesús reprendió al demonio que estaba en el muchacho, y lo obligó a salir. El muchacho quedó sano.

Luego Jesús le dijo al capitán: --Regresa a tu casa, y que todo suceda tal como has creído. En ese mismo instante, su sirviente quedó sano. Jesús sana a mucha gente

Allí, algunas personas le llevaron a un hombre acostado en una camilla, pues no podía caminar. Como Jesús vio que estas personas confiaban en él, le dijo al hombre: '¡Ánimo, amigo! Te perdono tus pecados'.

Entonces Jesús les tocó los ojos y dijo: --Por haber confiado en mí, serán sanados.

Jesús le dijo: --Puedes irte; estás sano porque confiaste en Dios. En ese momento, el ciego pudo ver de nuevo, y siguió a Jesús por el camino.

Jesús le dijo: --Hija, has sido sanada porque confiaste en Dios. Vete tranquila.

¿Cuándo comenzará el reino de Dios? Luego Jesús le dijo al hombre: '¡Levántate y vete! Has quedado sano porque confiaste en mí'. ¿Cuándo comenzará el reino de Dios?

Jesús le dijo: --¡Muy bien, ya puedes ver! Te has sanado porque confiaste en mí.

Pero Jesús le dijo a la mujer: 'Tú confías en mí y por eso te has salvado. Vete tranquila'.

Jesús entonces le dijo a la mujer: --Hija, fuiste sanada porque confiaste en mí. Puedes irte en paz.

El padre del muchacho recordó que a esa misma hora Jesús le dijo: 'Regresa a tu casa. Tu hijo vive'. Por eso, el oficial del rey y toda su familia creyeron en Jesús.

escuchando a Pablo, quien lo miró fijamente, y se dio cuenta de que el hombre confiaba en que él podía sanarlo.

La muchacha hizo eso durante varios días, hasta que Pablo no aguantó más y, muy enojado, le dijo al espíritu: '¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de esta muchacha!' Al instante, el espíritu salió de ella.

Porque nosotros oímos la buena noticia, igual que aquellos israelitas que salieron de Egipto. Sólo que a ellos no les sirvió de nada oírla, pues no creyeron en el mensaje.




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