Jesús se hizo muy famoso en toda la región de Siria. La gente le traía personas que sufrían dolores y enfermedades, o que tenían demonios. También le traían a los que sufrían de ataques o que no podían caminar ni moverse, y a todos ellos los sanó.
'No den a los perros las cosas que pertenecen a Dios. Tampoco echen lo más valioso a los cerdos. Ninguno de ellos sabe apreciar su valor, y lo que harán será pisotearlas y morderlos a ustedes. Pedir, buscar y llamar
Jesús les dijo:
--Vayan.
Los demonios salieron de los dos hombres y entraron en los cerdos. Entonces todos los cerdos corrieron sin parar hasta que cayeron en el lago, donde se ahogaron.
Jesús ordenó al espíritu malo:
--¡Espíritu malo, sal de este hombre!
Entonces el espíritu malo le contestó a gritos:
--¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo? ¡No me hagas sufrir! ¡Por Dios, te pido que no me hagas sufrir!
¡Que se alegren los cielos,
y todos los que allí viven!
Pero ¡qué mal les va a ir
a los que viven en la tierra,
y a los que habitan en el mar!
El diablo está muy enojado;
ha bajado a combatirlos.
¡Bien sabe el diablo
que le queda poco tiempo!'