Cuando Jesús salió de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado cobrando impuestos para el gobierno de Roma. Entonces Jesús le dijo: 'Sígueme'.
Mateo se levantó y lo siguió.
Luego, mientras caminaban, Jesús vio a Mateo, el hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde cobraba los fimpuestos para Roma. Jesús le dijo: 'Sígueme'.
Mateo se levantó en seguida y lo siguió.
¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto y vuelto a vivir; como si se hubiera perdido y lo hubiéramos encontrado''.
Jesús le dijo:
--Lo importante es que tú vayas ahora mismo a anunciar las buenas noticias del reino de Dios. ¡Deja que los muertos entierren a sus muertos!
Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Allí encontró a Felipe, que era de Betsaida, el pueblo donde vivían Andrés y Pedro. Jesús le dijo a Felipe: 'Sígueme'.
Por eso, aunque estábamos muertos por culpa de nuestros pecados, él nos dio vida cuando resucitó a Cristo. Nos hemos salvado gracias al amor de Dios, aunque no lo merecíamos.
Antes, ustedes estaban muertos, pues eran pecadores y no formaban parte del pueblo de Dios. Pero ahora Dios les ha dado vida junto con Cristo, y les ha perdonado todos sus pecados.