Otro de sus discípulos le dijo después: --Señor, dame permiso para ir primero a enterrar a mi padre; luego te seguiré.
Y todos los que por seguirme hayan dejado a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos o a sus hermanas, al padre o la madre, su casa o un terreno, recibirán cien veces más de lo que dejaron, y tendrán además vida eterna.
Jesús le contestó: --Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre, no tengo un lugar donde descansar.
Jesús le contestó: --Sígueme, lo importante es que tú vengas conmigo ahora mismo. ¡Deja que los muertos entierren a sus muertos! La gran tormenta
A partir de ahora, ya no vamos a valorar a los demás desde el punto de vista humano. Y aunque antes valoramos a Cristo así, ya no lo haremos más.