Finalmente, el diablo llevó a Jesús a la ciudad de Jerusalén, a la parte más alta del templo, y le dijo:
--Si en verdad eres el Hijo de Dios, tírate desde aquí,
Pero no midas el espacio que hay fuera del templo, porque ese espacio se lo he dado a los que no creen en mí. Ellos gobernarán sobre Jerusalén durante tres años y medio.