Pero Jesús no respondió nada. Entonces el jefe de los sacerdotes le dijo:
--Dinos por Dios, quien vive para siempre, si eres tú el Mesías, el Hijo de Dios.
En ese momento el oficial leía el pasaje que dice:
'Se portó como una oveja
que llevan al matadero:
se quedó en silencio.
Se portó como un cordero
al que le cortan la lana:
no dijo nada.
Cuando lo insultaban, jamás contestaba con insultos, y jamás amenazó a quienes lo hicieron sufrir. Más bien, dejó que Dios se encargara de todo y lo cuidara, pues Dios juzga a todos con justicia.