Pedro les contestó con más fuerza:
--¡Ya les dije que no conozco a ese hombre! ¡Que Dios me castigue si no estoy diciendo la verdad!
En ese momento un gallo cantó,
Un poco más tarde, algunos de los que estaban por allí se acercaron a Pedro y le dijeron:
--Estamos seguros de que tú eres uno de los seguidores de Jesús; hablas como los de Galilea.
y Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: 'Antes de que el gallo cante, vas a decir tres veces que no me conoces'. Pedro salió de aquel lugar y se puso a llorar con mucha tristeza.
Sufro por los judíos, que son mi pueblo, y quisiera ayudarlos. Yo estaría dispuesto a caer bajo la maldición de Dios, y a quedar separado de Cristo, si eso los ayudara a estar cerca de Dios.
Si alguien no ama al Señor Jesucristo, que la maldición de Dios caiga sobre él. Yo, por mi parte, oro al Señor Jesucristo y le digo: '¡Ven, Señor nuestro!'