Luego volvió Jesús a donde estaban los tres discípulos y les dijo: '¿Siguen descansando y durmiendo? Ya vienen los malvados para apresarme a mí, el Hijo del hombre.
Jesús les respondió:
--Vayan a la ciudad, busquen al amigo que ustedes ya conocen, y denle este mensaje: 'El Maestro dice: yo sé que pronto moriré; por eso quiero celebrar la Pascua en tu casa, con mis discípulos'.
'Ustedes saben que dentro de dos días se celebrará la fiesta de la Pascua. Durante la fiesta, yo, el Hijo del hombre, seré apresado y moriré clavado en una cruz'.
Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló y oró a Dios: '¡Padre!, ¡papá!, si fuera posible, no me dejes sufrir. Para ti todo es posible. ¡Cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que quieras tú'.
Todos los días estuve enseñando en el templo delante de ustedes, y nunca me arrestaron. Pero bueno, el diablo los controla a ustedes y él les mandó que lo hicieran ahora, en la oscuridad. Además, Dios hasta ahora se lo permite'. Pedro niega que conoce a Jesús
'En este momento estoy sufriendo mucho y me encuentro confundido. Quisiera decirle a mi Padre que no me deje sufrir así. Pero no lo haré, porque yo vine al mundo precisamente para hacer lo que él me mandó.
Faltaba muy poco para que empezara la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que se acercaba el momento de dejar este mundo para ir a reunirse con Dios su Padre. Él siempre había amado a sus seguidores que estaban en el mundo, y los amó de la misma manera hasta el fin.
Después de que Jesús terminó de hablar con sus discípulos, miró al cielo y dijo:
'Padre mío, ha llegado el momento de que muestres a la gente lo grande y poderoso que soy. De ese modo yo también les mostraré lo grandioso y maravilloso que eres tú.