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Referencias Cruzadas

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Mateo 26:39

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y oró a Dios: 'Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que quieras tú'.

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27 Referencias Cruzadas  

Jesús respondió: --Ustedes no saben lo que piden. ¿Están dispuestos a sufrir todo lo malo que va a pasarme? Ellos le dijeron: --Sí, lo estamos.

Porque vendrán falsos Mesías y falsos profetas, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Si pueden, también engañarán a los que Dios ha llamado a seguirlo.

Jesús se fue a orar otra vez, y decía: --Padre, si tengo que pasar por este sufrimiento, estoy dispuesto a obedecerte.

Porque vendrán falsos Mesías y falsos fprofetas, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Si pueden, engañarán también a los que Dios ha llamado a seguirlo.

Cuando llegó ante Jesús, se arrodilló hasta tocar el suelo con su frente, y le dio las gracias. Este hombre era de la región de Samaria.

La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: 'Padre, te doy gracias porque me has escuchado.

pero yo tengo que obedecer a mi Padre, para que todos sepan que lo amo. Y para terminar, Jesús les dijo: --Levántense; salgamos de aquí.

De inmediato, Jesús le dijo a Pedro: --Guarda tu espada. Si mi Padre me ha ordenado que sufra, ¿crees que no estoy dispuesto a sufrir?

Jesús les dijo: 'Les aseguro que yo, el Hijo de Dios, no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Sólo hago lo que veo que hace Dios, mi Padre.

'Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Mi Padre me envió, y él me dice cómo debo juzgar a las personas. Por eso yo juzgo correctamente, porque no hago lo que yo quiero, sino que obedezco a mi Padre.

'No bajé del cielo para hacer lo que yo quiera, sino para obedecer a Dios mi Padre, pues él fue quien me envió.

Cuando Pedro estuvo frente a la casa, Cornelio salió a recibirlo, y con mucho respeto se arrodilló ante él.

Como hombre, se humilló a sí mismo y obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz!

Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.

Entonces me arrodillé a los pies del ángel para adorarlo, pero él me dijo: '¡No lo hagas! Adora a Dios, pues yo también le sirvo, igual que tú y que todos los que siguen confiando en el mensaje que les dio Jesús'. Porque el mensaje que Jesús enseñó es lo que anima a la gente a seguir anunciándolo. La victoria del jinete




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