que si otros vienen y les anuncian: '¡El Mesías está en el desierto!', no vayan. Y si les dicen: '¡El Mesías está escondido allí!', no lo crean.
Ya antes les había dicho a ustedes
Cuando yo, el Hijo del hombre, venga, no me esconderé. Todos me verán, pues mi venida será como un relámpago que ilumina todo el cielo.
Años después, Juan el Bautista salió al desierto de Judea, para predicarle a la gente. Les decía:
Hace algún tiempo, un egipcio inició una rebelión contra el gobierno de Roma y se fue al desierto con cuatro mil guerrilleros. ¡Yo pensé que ese eras tú!