Un maestro de la Ley se acercó para ver si Jesús podía responder a una pregunta difícil, y le dijo:
--Maestro, ¿qué debo hacer para tener la vida eterna?
Ellos le hicieron esa pregunta para ponerle una trampa. Si él respondía mal, podrían acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en el suelo con su dedo.
--¿Por qué se pusieron de acuerdo para engañar al Espíritu del Señor? Mira, ahí vienen los muchachos que acaban de enterrar a tu esposo, y ellos mismos te enterrarán a ti.