'Entonces el dueño envió más sirvientes que al principio, pero los hombres los trataron igual.
Pero los que alquilaron la viña trataron mal a los sirvientes. A uno de ellos lo golpearon, a otro lo mataron, y a otro le tiraron piedras.
Finalmente, el dueño envió a su hijo, porque pensó: 'Esos hombres sí respetarán a mi hijo'.
Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: 'La comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores terneros. ¡Vengan a la fiesta!'