y me entregarán a los extranjeros para que se burlen de mí, y me golpeen y me hagan morir en una cruz. Pero después de tres días, volveré a vivir'. La petición de una madre
Desde ese momento, Jesús comenzó a decirles a sus discípulos lo que le iba a pasar: 'Tendré que ir a Jerusalén, y los líderes del país, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley me harán sufrir mucho. Allí van a matarme, pero tres días después volveré a vivir'.
Y me matarán, pero yo, el Hijo del hombre, volveré a vivir tres días después'.
Al oír eso, los discípulos se pusieron muy tristes. El impuesto para el templo
Pilato puso en libertad a Barrabás. Luego ordenó que golpearan a Jesús en la espalda con un látigo, y que después lo clavaran en una cruz. Todos se burlaron de Jesús
Algunos empezaron a escupir a Jesús. Le tapaban los ojos, lo golpeaban y le decían: '¡Adivina quién te pegó!'
Luego, los soldados del templo se hicieron cargo de Jesús y lo recibieron a bofetadas. Pedro niega que conoce a Jesús
Al amanecer, los fsacerdotes principales, los líderes del país y los fmaestros de la Ley se reunieron con los miembros de la fJunta Suprema. Terminada la reunión, ataron a Jesús, lo sacaron del palacio de Caifás y lo entregaron a Poncio Pilato, el gobernador romano.
Pilato quería quedar bien con la gente, así que dejó en libertad a Barrabás. Luego ordenó que azotaran a Jesús con un látigo y que lo clavaran en una cruz. Todos se burlan de Jesús
'Desde el principio, Dios ya había decidido que Jesús sufriera y fuera entregado a sus enemigos. Ustedes lo ataron y lo entregaron a los romanos para que lo mataran.
Se acercó a nosotros y, tomando el cinturón de Pablo, se ató las manos y los pies. Luego dijo: 'El Espíritu Santo dice que así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinturón, para entregarlo a las autoridades de Roma'.
'Es verdad que en esta ciudad se unieron Herodes Antipas, Poncio Pilato, el pueblo romano y el pueblo de Israel, para matar a Jesús, a quien tú elegiste para que fuera nuestro rey.