Por eso Dios dijo: 'El hombre tiene que dejar a su padre y a su madre para casarse y vivir con su esposa. Los dos vivirán como si fueran una sola persona'.
De esta manera, los que se casan ya no viven como dos personas separadas, sino como si fueran una sola. Por tanto, si Dios ha unido a un hombre y a una mujer, nadie debe separarlos.
Claro que sí. Pero lo mejor es que cada hombre tenga su propia esposa, y que cada mujer tenga su propio esposo, para que no caigan en relaciones sexuales prohibidas.