A Herodes le gustó mucho su baile, y le prometió darle cualquier cosa que ella le pidiera.
Cierto día, en la fiesta de cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de los invitados.
Herodías convenció entonces a su hija para que le dijera a Herodes: '¡Quiero que ahora mismo me traigas en un plato la cabeza de Juan el Bautista!'