'Cuando la gente de un pueblo los persiga para maltratarlos, huyan a otro pueblo. Les aseguro que yo, el Hijo del hombre, regresaré con todo el poder de Dios, antes de que ustedes terminen de recorrer todos los pueblos de Israel.
A donde quiera que iba Jesús, ya fuera por aldeas, pueblos o campos, la gente ponía a los enfermos en las calles. Y cuando él pasaba, le rogaban que dejara que los enfermos tocaran aunque fuera el borde de su ropa. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos.
Pero tan pronto como la gente se dio cuenta de que Jesús se había ido a Betsaida, lo siguió.
Jesús recibió a toda la gente amablemente y empezó a hablarles acerca del reino de Dios. También sanó a los enfermos.
Sin embargo, Jesús no dejó que ninguno de los judíos de la región de Judea supiera dónde estaba él. Salió de esa región y se fue a un pueblo llamado Efraín, que estaba cerca del desierto. Allí se quedó con sus discípulos.
Si acaso sufren injustamente, recuerden que Dios les ha ordenado sufrir con paciencia. Y en eso Cristo les ha dado el ejemplo, para que hagan lo mismo, pues él sufrió por ustedes.