Mateo 11:26

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Y todo, Padre, porque tú así lo has querido'.

Referencias Cruzadas

Lucas 10:21

En ese mismo momento, el Espíritu Santo hizo que Jesús sintiera mucha alegría. Entonces Jesús dijo: 'Padre mío, que gobiernas el cielo y la tierra, te alabo porque has mostrado estas cosas a los niños y a los que son como ellos. En cambio, no se las mostraste a los que conocen mucho y son sabios, porque así lo has querido, Padre mío'.

Lucas 22:42

'Padre, ¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que tú quieres'.

Lucas 23:34

Poco después, Jesús dijo: '¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!' Mientras los soldados echaban suertes para saber cuál de ellos se quedaría con la ropa de Jesús,

Juan 11:41

La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: 'Padre, te doy gracias porque me has escuchado.

Juan 12:27

'En este momento estoy sufriendo mucho y me encuentro confundido. Quisiera decirle a mi Padre que no me deje sufrir así. Pero no lo haré, porque yo vine al mundo precisamente para hacer lo que él me mandó.

Juan 12:28

Más bien le diré a mi Padre: 'Muéstrale al mundo tu poder'. Luego, desde el cielo se oyó una voz que decía: 'Ya he mostrado mi poder, y volveré a hacerlo de nuevo'.

Romanos 9:18

Así que todo depende de lo que Dios decida hacer: él se compadece de quien quiere, y a quien quiere lo vuelve terco. El enojo y la compasión de Dios

Efesios 1:11

Por medio de Cristo, Dios nos había elegido desde un principio para que fuéramos suyos y recibiéramos todo lo que él había prometido. Así lo había decidido Dios, quien siempre lleva a cabo sus planes.

Efesios 1:9

Dios nos mostró el plan que había guardado en secreto y que había decidido realizar por medio de Cristo.

Efesios 3:11

Esto era lo que Dios había planeado desde el principio, y que ha hecho realidad por medio de Jesucristo nuestro Señor.

2 Timoteo 1:9

Dios nos salvó y nos eligió para que seamos parte de su pueblo santo. No hicimos nada para merecerlo, sino que Dios, por su gran amor, así lo planeó. Dios ya nos amaba desde antes de crear el mundo, pues desde entonces ya pertenecíamos a Cristo Jesús.