Si ellos lo merecen, tendrán paz. Si no lo merecen, no la tendrán.
Cuando entren en esa casa, saluden ofreciendo la paz para los que viven en ella.
'Si en alguna casa o pueblo no quieren recibirlos ni escucharlos, salgan de ese lugar y sacúdanse el polvo de los pies en señal de rechazo.
Si la gente merece el bien, el deseo de ustedes se cumplirá. Pero si no lo merece, no se cumplirá su deseo.