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Referencias Cruzadas

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Marcos 7:34

Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento)

Después miró al cielo, suspiró y dijo: '¡Efatá!' Esta palabra significa '¡Ábrete!'

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21 Referencias Cruzadas  

Jesús tuvo compasión de él, extendió la mano, tocó al enfermo y le dijo: --¡Sí quiero! ¡Queda sano!

A esa hora, Jesús gritó con mucha fuerza: 'Eloí, Eloí, ¿lemá sabactani?' Eso quiere decir: '¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?'

La tomó por la mano y le dijo en idioma arameo: --¡Talitá, cum! Eso quiere decir: 'Niña, levántate'.

Luego Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes y los dio a los discípulos para que los repartieran entre toda la gente; lo mismo hizo con los dos pescados.

En ese momento el hombre pudo oír y hablar normalmente.

Jesús se molestó mucho por esto, y dijo: '¿Por qué siempre piden ustedes una señal? Les aseguro que no se les dará ninguna'.

Jesús le dijo: --¡Muy bien, ya puedes ver! Te has sanado porque confiaste en mí.

Cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y vio la ciudad, lloró

Entonces se acercó y tocó la camilla. Los hombres dejaron de caminar, y Jesús le dijo al muerto: '¡Joven, te ordeno que te levantes!'

Cuando Jesús vio que María y los judíos que habían ido con ella lloraban mucho, se sintió muy triste y les tuvo compasión.

Todavía con lágrimas en los ojos, Jesús se acercó a la cueva donde habían puesto el cuerpo de Lázaro, y ordenó que quitaran la piedra que cubría la entrada. Pero Marta le dijo: --Señor, hace cuatro días que murió Lázaro. Seguramente ya huele mal.

La gente quitó la piedra de la entrada. Luego, Jesús miró al cielo y dijo: 'Padre, te doy gracias porque me has escuchado.

Después de decir esto, Jesús gritó: '¡Lázaro, sal de ahí!'

Después de que Jesús terminó de hablar con sus discípulos, miró al cielo y dijo: 'Padre mío, ha llegado el momento de que muestres a la gente lo grande y poderoso que soy. De ese modo yo también les mostraré lo grandioso y maravilloso que eres tú.

Pedro le dijo: 'Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama'. Al instante, Eneas se levantó.

Pedro mandó que toda la gente saliera del lugar. Luego se arrodilló y oró al Señor. Después de eso, se dio vuelta hacia donde estaba el cuerpo de Tabitá y le ordenó: '¡Tabitá, levántate!' Ella abrió los ojos, miró a Pedro y se sentó.

El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, sólo que Jesús nunca pecó. Por eso, él puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios.




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