Cuando entren en un pueblo, quédense en una sola casa hasta que salgan de ese pueblo.
Si en algún lugar no quieren recibirlos, ni escucharlos, váyanse de allí y sacúdanse el polvo de los pies. Eso le servirá de advertencia a esa gente'.
Pónganse sandalias, pero no lleven ropa de más.
Cuando lleguen a una casa, quédense a vivir allí hasta que se vayan del lugar.
así que cuando ella y toda su familia fueron bautizados, nos invitó con mucha insistencia a quedarnos en su casa, y así lo hicimos. Pablo y Silas en la cárcel