Allí había un hombre que tenía una mano tullida. Como los fariseos buscaban la manera de acusar de algo malo a Jesús, le preguntaron:
--¿Permite nuestra ley sanar a una persona en el día de descanso?
Luego, les preguntó a los que estaban allí: '¿Qué es correcto hacer en sábado: el bien o el mal? ¿fSalvar una vida o destruirla?'
Pero nadie le contestó.
Jesús se dio cuenta de lo que ellos estaban pensando; entonces llamó al hombre que no podía mover la mano, y le dijo: 'Levántate y párate en medio de todos'.
El hombre se levantó y se paró en el centro.
Por eso, mis queridos hermanos, manténganse firmes, y nunca dejen de trabajar más y más por el Señor. Y sepan que nada de lo que hacen para Dios es inútil.
Además, al saber que estoy preso, la mayoría de los hermanos se ha animado a anunciar el mensaje de Dios sin miedo y con más confianza en el Señor Jesucristo.
Ustedes deben estar dispuestos a sufrir así como Cristo sufrió mientras estuvo aquí en la tierra. Porque si ustedes sufren como Cristo, ya no seguirán pecando.