Pero no volvió a su casa en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaúm. Este pueblo se encuentra a orillas del Lago de Galilea. Allí vivieron las tribus israelitas de Zabulón y de Neftalí.
Pero el hombre empezó a contarles a todos cómo había sido sanado. Por eso Jesús no podía entrar libremente en los pueblos. Tenía que quedarse en las afueras, donde no había gente. De todos modos, la gente iba a verlo.
Después, Jesús salió de allí y fue hasta la región de la ciudad de Tiro. En ese lugar, se quedó unos días en una casa, y no quería que nadie supiera dónde estaba. Pero no pudo esconderse.
Tiempo después, cuando Jesús regresó a casa, los discípulos lo llevaron aparte y le preguntaron:
--¿Por qué nosotros no pudimos expulsar a ese espíritu?
Jesús les dijo:
--Sin duda ustedes me recitarán este dicho: '¡Médico, primero cúrate a ti mismo!'
'Ustedes saben todo lo que hice en Cafarnaúm, y por eso ahora me pedirán que haga aquí lo mismo.
Cuando el oficial supo que Jesús había viajado desde la región de Judea a Galilea, fue y le pidió que lo acompañara a su casa y sanara a su hijo, pues el muchacho estaba a punto de morir.