Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba:
'¡Sálvanos, Mesías nuestro!
¡Bendito tú, que vienes de parte de Dios!
Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!'
No piensen que se salvarán sólo por ser descendientes de Abraham porque, si Dios así lo quiere, hasta estas piedras las puede convertir en familiares de Abraham.