De inmediato, aquel hombre quedó completamente sano.
Entonces Jesús le dijo: --¡Mujer, tú sí que tienes confianza en Dios! Lo que me has pedido se hará. Y en ese mismo instante su hija quedó sana. Jesús sana a muchos enfermos
Jesús fue a verla, la tomó de la mano y la levantó. En ese mismo instante la fiebre se le quitó, y la suegra de Simón les sirvió de comer.
Jesús tuvo compasión de él, extendió la mano, tocó al enfermo y le dijo: --¡Sí quiero! ¡Queda sano!
Pero Jesús lo despidió con una seria advertencia:
Inmediatamente dejó de sangrar y supo que ya estaba sana.
Ustedes ya están limpios, gracias al mensaje que les he anunciado.