Jesús envió a estos doce discípulos con las siguientes instrucciones:
'No vayan a las regiones donde vive gente que no es judía. Tampoco vayan a los pueblos de la región de Samaria.
En esa región llegó a un pueblo llamado Sicar. Cerca de allí había un pozo de agua que hacía mucho tiempo había pertenecido a Jacob. Cuando Jacob murió, el nuevo dueño del terreno donde estaba ese pozo fue su hijo José.
Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó:
--¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana?